¿Qué fue lo más importante que pasó la semana pasada?
En lo que se refiere al crecimiento, se destacó la publicación de dos indicadores de actividad económica. En primer lugar, el Conference Board dio a conocer los indicadores líderes, quienes registraron una caída de 0.1% en enero con respecto a diciembre. El deterioro del indicador adelantado fue liderada por el declive en los precios de las acciones. En otras palabras, como ya lo hemos comentado, la crisis financiera ha sido y seguirá siendo el detonante del deterioro de la economía estadounidense.
Adicionalmente, la Reserva Federal de Filadelfia publicó su índice manufacturero, mismo que cayó inesperadamente a -24 en febrero, desde -20.9 en el periodo anterior, cuando el mercado esperaba que subiera a -10. En el reporte del índice, se destaca que todos los indicadores tuvieron comportamientos peores a los del mes pasado y que, aunado a ello, el componente de precios aumentó significativamente, lo cual se traduce simplemente en que los gerentes de compra están observando aumentos en las presiones inflacionarias.
Hablando de inflación, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) dio a conocer el índice de precios al consumidor que se elevó 0.4% en enero, superando la expectativa del mercado (0.3%), y acelerándose después de haberse incrementado 0.3% en diciembre. Por su parte, el índice subyacente correspondiente también sufrió un aumento mayor al esperado, de 0.3% contra 0.2%. Esto quiere decir que la aceleración de la inflación no sólo está respondiendo al alza en los precios del petróleo y de los alimentos, sino que otros rubros (tales como el transporte, parte del índice subyacente) ya están sufriendo los estragos de la inflación.
Por si fuera poco, el pasado viernes, Richard Fisher, presidente de la FED de Dallas, reconoció el viernes que los indicadores inflacionarios más recientes no eran nada alentadoras, por lo que la FED debía prestarles mayor atención. Las declaraciones de Richard Fisher apuntan a un nuevo escenario sobre el futuro de la economía estadounidense, que podría ser peor que el de recesión: la estanflación, esto es, estancamiento de la economía acompañado de inflación.
¿Y qué más pasó?
Además de la publicación de los ya mencionados y comentados indicadores económicos, la FED dio a conocer la minuta de la última reunión de política monetaria, llevada a cabo los días 29 y 30 de junio, en la que se destaca principalmente que el nivel de actividad económica se ha desacelerado significativamente en los últimos meses, la confianza de los consumidores y de las empresas se ha deteriorado y que el panorama inflacionario empeoró a finales de año con respecto a la mitad del mismo. En suma, desde hace al menos tres semanas, los miembros del FOMC estaban no sólo preocupados por el crecimiento, sino también por la inflación, que, por lo visto, no se va a aliviar en el corto plazo y en consecuencia, pudiera obligar a la FED a moderar o a detener el relajamiento de la política monetaria que ha llevado a cabo desde septiembre.
Adjunta a la minuta, la FED publicó la encuesta de expectativas delos miembros del FOMC, misma que nos lleva a la misma conclusión: Estados Unidos parece estarse dirigiendo a una estanflación, que pudiera prolongarse al menos a la primera mitad del año.
En efecto, los miembros del FOMC recortaron el pronóstico de crecimiento para este año a un rango comprendido entre 1.3% y 2%, desde 1.8%-2.5% en la encuesta anterior. De la misma forma, incrementaron el rango estimado del desempleo, a 5.2%-5.3%, desde 4.8%-4.9%. Finalmente, al PCE core estimado lo elevaron a 2%-2.2%, desde 1.7%-1.9% calculado previamente. Con todo lo acontecido hasta ahora, este cambio en las expectativas no debería sorprendernos. Sin embargo, estaremos atentos a los datos que se publiquen, puesto que podrían confirmar o tal vez revertir ligeramente esta tendencia.
¿Qué se espera para esta semana?
La próxima semana se anuncia medianamente nutrida de indicadores y nuestra atención se centrará en el entorno inflacionario. El viernes 29 se publicará el PCE core, que se espera vuelva a aumentar 2.2% anual en enero. Ese mismo día, se publicarán las cifras del ingreso y gasto personal, que deberían, según las expectativas, aumentar 0.2% en enero. Sobre inflación, también se espera para esta semana la publicación del índice de precios al productor, que debería darse a conocer el martes y arrojar un incremento de 0.3% en enero.
Por otra parte, en lo que a confianza del consumidor se refiere, el Conference Board dará a conocer su índice, donde se espera una caída a 83 en febrero. Asimismo, la Universidad de Michigan publicará el índice final de enero, que debería ser revisado ligeramente al alza
, a 70 puntos.
Adicional a lo anterior, prestaremos suma atención a la comparecencia semestral del presidente de la FED, Ben Bernanke, que hablará al Congreso del estado de la economía y de la política monetaria. No obstante, consideramos que, si bien es muy importante todo lo que pueda declarar Ben Bernanke en dicha comparecencia, no nos traerá mucha más información que con la que ya contamos.
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