La semana pasada estuvo nutrida por varios indicadores económicos. Sin embargo, estos no aportaron información adicional a la que ya sabíamos y nos mantuvo en el escenario de deterioro del crecimiento y de la inflación. Sin embargo, el presidente de la FED, Ben Bernanke, aseguró que Estados Unidos no entraría en estanflación, al contrario de lo que se ha especulado en las últimas semanas.
¿Qué fue lo más importante que pasó la semana pasada?
Tal como comentábamos la semana antepasada, los datos más importantes de la semana pasada fueron los de la inflación, puesto que han aumentado los temores por que Estados Unidos entre en estanflación - estancamiento del crecimiento con aceleración de la inflación -. En primer lugar, se dio a conocer el índice de precios al productor, que registró un alza de 1% en enero con respecto a diciembre, superando así a la expectativa del mercado, que se ubicaba en tan sólo 0.4%. Vale destacar que no sólo el índice general registró un fuerte aumento. En efecto, el subyacente - que excluye alimentos y energía - aumentó 0.4% en el mencionado periodo, duplicando así al aumento esperado por el mercado, y mostrando entonces que las presiones inflacionarias no sólo están viniendo por el lado por el lado volátil. La publicación de este resultado ocasionó incluso una reducción en las expectativas de que la FED recorte la tasa de referencia: el mercado de futuros de los fondos federales dejó de descontar un recorte de 50pb con 100% de probabilidad.
Sin embargo, este comportamiento no se prolongó en los siguientes días, debido a que datos como la caída de las órdenes de bienes duraderos volvió a incrementar la posibilidad que la FED siga ejerciendo movimientos agresivos en la tasa de referencia. Dichas órdenes registraron una caída de 5.3% en enero con respecto a diciembre, cuando se esperaba un declive de 4% - que de por sí era bastante malo también -, luego de haber aumentado 4.4% en el mes anterior. Esto refleja una reducción en la demanda de bienes de capital por parte de los estadounidenses, o al menos una reducción en la expectativa de demanda futura, debido al deterioro en las condiciones de crédito y en las perspectivas económicas.
Por otro lado, se publicaron los dos indicadores de confianza más seguidos en Estados Unidos. En primer lugar, el Conference Board dio a conocer su índice de confianza, mismo que cayó a 75 puntos en febrero, desde 87.9 en enero, contra una expectativa de 82. En segundo lugar, la Universidad de Michigan publicó la revisión del índice correspondiente al mes en curso, que arrojó una revisión al alza ligeramente mejor a la esperada, es decir 70.8 contra 70, desde 69.6 estimado anteriormente. No cabe duda que los estadounidenses siguen manteniéndose pesimistas en lo que a condiciones actuales y futuras se refiere y que, por ahora, no hay política monetaria o fiscal que valga para levantar los ánimos.
No obstante, las cifras de gasto e ingreso personal no fueron tan malas. El ingreso personal aumentó 0.3% en enero con respecto al mes anterior, mientras que el gasto personal aumentó 0.4% en el mismo periodo, con lo que ambos resultados superaron la expectativa de aumento de 0.2% que tenía el mercado para los dos indicadores. Sin
embargo, la tendencia nos dice que el consumo se va a ir desacelerando poco a poco, con lo que la actividad económica sufrirá consecuencias, evidentemente. El deterioro en el consumo dependerá a su vez del ritmo de desaceleración del mercado laboral, que consideramos continuará en declive. En efecto, de acuerdo al reporte semanal de las solicitudes iniciales de beneficios por desempleo, éstas aumentaron a 373,000 en la semana qu eterminó el 23 de febrero, desde 349,000 en la anterior, superando ampliamente la expectativa del mercado, que se ubicaba en 350,000. ¿Y qué más pasó?
En otro orden de ideas, la semana pasada, el presidente de la FED, Ben Bernanke, compareció ante el Senado y el Congreso estadounidenses y habló de la evolución de la economía en los últimos seis meses y de las medidas que ha tomado el banco central en términos de política monetaria. En suma, sus palabras no aportaron información adicional a lo que había comentado en su testimonio hace dos semanas y a lo que se publicó en la minuta de la última reunión de política monetaria.
Con respecto al escenario de inflación del que han hablado los economistas en la últimas semanas, dijo que no la anticipaba en lo absoluto porque no consideraba que la economía estuviera «remotamente» cerca de tal escenario, tal como lo estuvo en la década de los setenta. Adicionalmente, explicó que las presiones inflacionarias a las que se enfrentaba la economía provenían del alza de los precios de los commodities y reiteró que las expectativas se mantenían ancladas porque esperaba que dichos precios se estabilizaran en los próximos meses.En pocas palabras, los datos de la semana pasada no aportaron mucho a lo que ya sabíamos y por tanto, esperamos que la próxima se nos aclare un poco más el panorama económico de Estados Unidos.
¿Qué se espera para esta semana?
En la presente semana se anuncia bastante agitada en términos de datos económicos. En primer lugar, el Institute for Supply Management dará a conocer sus índices, donde se esperan contracciones en ambos sectores: para el manufacturero, que se publicará el lunes 3, el mercado anticipa una caída a 48.5 en febrero, desde 50.7 en enero, en tanto que para el no manufacturero, que se dará a conocer el miércoles 5, debería registrarse un incremento de 44.6 a 48.3 en febrero. Vale la pena recordar que el ISM cambió la metodología de cálculo del índice de servicios, mismo que registró una caída importante en enero (41).
Adicionalmente, el viernes 07 se publicará el indicador por excelencia del mercado laboral, el cambio en la nómina no agrícola, que se espera registre un crecimiento de 40,000 en febrero, luego de haber caído a 17,000. De este resultado consideramos que dependerá significativamente la decisión de política monetaria del próximo 18 de marzo - si no es que se produce antes -. También se dará a conocer la tasa de desempleo, que se espera aumente a 5% en febrero, desde 4.9% en enero.
Por si fuera poco, esperamos igualmente la publicación del Beige Book, documento de diagnóstico que utiliza el Comité de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) para evaluar el estado de salud de la economía y tomar la decisión de política monetaria. Este documento se divulgará el próximo miércoles 5 a las 1 de la tarde, como de costumbre.
Esta es apenas una muestra de toda la información que se espera para esta semana. Sin embargo, lo que importa no es la cantidad, si no la calidad de la información, misma que esperamos nos permita tener como comentábamos, un panorama más claro de la economía estadounidense.
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