miércoles, 30 de abril de 2008

El último de los recortes (creo)

En el comunicado de la última reunión del FOMC, en el que se decidió recortar la tasa de referencia en 25pb a 2%, se destaca que la actividad económica se mantenía débil y que los mercados financieros permanecían presionados. Sobre la inflación, el FOMC consideró que, a pesar de que el panorama había mejorado, el aumento de los precios de los commodities y el deterioro en los indicadores de expectativas pudieran presionar al alza los precios. Sin embargo, el comité dijo que esperaba que la inflación se moderara en los próximos meses, aunque el panorama se mantenía incierto. Por esta decisión votaron 8 de los 10 miembros del comité, mientras que dos de ellos, los presidentes de las FEDs de Dallas y Filadelfia, votaron en contra de esta decisión, y preferían mantener la tasa en 2.25%. A nuestro modo de ver, el comité de política monetaria le dio un peso importante a la inflación, en todo caso mayor al de las reuniones pasadas en las que había recortado las tasas, lo que nos hace pensar entonces que el FOMC va (o al menos quiere) tomarse una pausa en los recortes de la tasa de referencia, para no alimentar el riesgo inflacionario. Sin embargo, consideramos que la publicación de los datos del viernes (cambio en la nómina no agrícola) podría cambiar la perspectiva.



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Economista Kevy Nathalie Alcindor
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viernes, 25 de abril de 2008

Esperando una semana agitada para la economía

La semana pasada fue más bien ligera en lo que a indicadores se refiere, pero ello no impidió que reflejaran el fuerte deterioro en el que se encuentra la economía estadounidense.
 

¿Qué fue lo más importante que pasó la semana pasada?
 

En términos generales, los datos que se dieron a conocer durante la semana pasada fueron de mediana importancia. La Asociación Nacional de Agentes de Bienes Raíces (NAR por sus siglas en inglés) publicó las ventas de casas. Las de casas existentes cayeron a 4.93 millones en marzo, tal como se tenía previsto, en tanto que las de casas nuevas registraron una caída inesperada de 8.5% con respecto a febrero, ubicándose así en 526 mil, desde 575 mil en el mes anterior, y arrojando la peor cifra en casi diecisiete años.

Adicionalmente, se dio a conocer el índice de precios de las casas, que registró un aumento inesperado de 0.6% en febrero con respecto a enero. Recordemos que las ventas de casas habían mostrado un ligero progreso en dicho mes, lo cual ayuda a explicar el ligero avance de los precios. Sin embargo, vale destacar que lo más probable que ocurra es que las ventas de casas sigan en declive debido a que el sector inmobiliario no se ha recuperado. De acuerdo a experiencias anteriores, las ventas de casas nuevas tocarían fondo en un nivel de 350 mil casas antes de empezar a recuperarse.
 

En lo que a la inversión se refiere, las malas noticias no se hicieron esperar. Las órdenes de bienes duraderos cayeron inesperadamente 0.3% en marzo con respecto a febrero, cuando el mercado esperaba un progreso de 0.1%. Sin embargo, al excluir al transporte, las órdenes aumentaron 1.5% en el mencionado periodo, lo cual muestra la magnitud del declive del sector automotriz.

Por si fuera poco, el viernes pasado, la Universidad de Michigan dio a conocer el índice de confianza del consumidor revisado, que cayó a 62.6, contra 63.2 esperado, registrando así la peor cifra en más de veintisiete años. Esto simplemente quiere decir que el pesimismo entre los consumidores estadounidenses se ha deteriorado significativamente en los últimos meses, y que, por tanto se espera una contracción importante en el consumo.
 

No obstante, entre la oleada de malas noticias durante la semana pasada, hubo una buena. El Secretario del Tesoro, Henry Paulson, anunció el jueves pasado que la devolución de impuestos, propuesta por el gobierno y aprobada por el poder legislativo estadounidense, iba a iniciar antes de lo previsto, es decir, este lunes 28 de abril y que, se esperaba que para finales de mayo ya se hubieran transferido US$ 50 mil millones de los US$ 100,000 que se tienen contemplados. Esto sin duda alguna es una noticia positiva para la economía, porque se le estaría dando un impulso por la vía fiscal que alimentaría al consumo y reanimaría la actividad económica. Consideramos entonces que los efectos de dicha medida se verán en los datos de mayo, principalmente en ventas al menudeo y gasto personal, que se publicarán en junio.
 

En suma, es bastante claro que el deterioro de la economía estadounidense se mantiene. Ahora las preguntas son ¿hasta cuánto durará? y ¿qué tan profundo es?
 

¿Qué se espera para la próxima semana?
 

La próxima semana será sumamente agitada en lo que a indicadores se refiere, y nos dará información importante sobre la percepción actual de la FED en lo que respecta a la situación económica.
 

Inicia la semana con la publicación el martes 29 del índice de precios de casas S&P/CaseShiller correspondiente a febrero, donde se espera una caída anual de 11.9%. Asimismo, el Conference Board dará a conocer su índice de confianza del consumidor, que, al igual que el de la Universidad de Michigan, debería caer a 62 puntos en abril, desde 64.5. 
 

El miércoles 30 se espera bastante agitado. Se publicará el cambio ADP en el empleo - que en algunas ocasiones adelanta el dato de la nómina no agrícolas, pero últimamente la correlación entre ambos indicadores no es tan elevada -. Además, se dará a conocer el PIB del 1T-08, que, según el consenso del mercado, debería crecer 0.3% con respecto al periodo anterior. Por si fuera poco, el martes 30, el FOMC anunciará la decisión de política monetaria, donde se espera un recorte de la tasa de referencia en 25pb, aunque el mercado de futuros de los fondos federales lo está descontando con tan sólo 74% de probabilidad, cuando la semana pasada la probabilidad ascendía a 100%. Lo clave en esta reunión no será tanto la decisión en sí, sino el contenido del comunicado, porque de allí sabremos si la época de recortes agresivos ha acabado o no.
 

Adicional a ello, el jueves 1° de mayo, se darán a conocer el ingreso y gasto personal, donde se espera un aumento en ambos indicadores de 0.4% y 0.2% en marzo, respectivamente. Se publicará también el PCE core anual, que se espera se mantenga en 2%. Igualmente se dará a conocer el índice ISM manufacturero de abril, que debería, según las expectativas, caer a 48 puntos, y mantenerse así en la zona de contracción.
 

El viernes 2 traerá consigo el dato estrella: el cambio en la nómina no agrícola de abril, que se espera caiga en 75 mil puestos de trabajo. De publicarse una cifra peor a la esperada, la FED tendría que prolongar los recortes en la tasa de referencia, porque la economía seguiría estando en fuerte deterioro. Si se cumple la expectativa del mercado, se esperaría igualmente que la tasa de desempleo aumente. Pero no sólo eso, la decisión de la FED se tornará complicada, en vista de que se tomará justo antes de la publicación del dato estrella. En pocas palabras, la semana que se avecina viene ocupada, por lo que estaremos más atentos que nunca.


 

 

miércoles, 23 de abril de 2008

Empieza la cuenta regresiva

A una semana de la próxima reunión de la FED

El próximo miércoles 30 de abril, se dará a conocer la decisión de política monetaria del
Comité de Mercado Abierto de la FED, donde se espera un nuevo recorte en la tasa de referencia. La magnitud de dicho movimiento dependerá de varios factores. En primer lugar, esta decisión se tomará en función del estado de la balanza de riesgos entre inflación y crecimiento y en segundo lugar, de los efectos esperados de dicha decisión.
¿Cómo está la economía?

En primer lugar, veamos como está la balanza de riesgos. Para ello, revisemos los principales datos económicos:



En líneas generales, los datos correspondientes a la economía real han mostrado deterioros en el primer trimestre del año, a excepción de marzo, donde se observó una mejoría inesperada en las ventas al menudeo y la producción industrial. Sin embargo, el cambio en la nómina no agrícola ha sido negativo durante todo el primer trimestre, lo cual muestra la contracción del mercado laboral y adelanta una caída en el consumo. En términos de confianza, el declive es bastante claro: el índice de confianza de los consumidores del Conference Board ha llegado a sus peores niveles en más de veinte años, en tanto que los índices del Institute for Supply Management (ISM) reflejan la contracción en la que se encuentran tanto el sector servicios como el manufacturero. Incluso la balanza comercial, que debería verse favorecida por la depreciación del dólar que abarata las exportaciones, ha mostrado un deterioro debido a que el valor de las importaciones petroleras se ha expandido significativamente (por el lado del precio).
Por su parte, los datos inflacionarios han sido aceptables, pero siguen mostrando cifras preocupantes en términos de precios de alimentos y energía, fenómeno que se ha repetido en el resto del mundo y constituye un factor difícil de controlar internamente. Por lo anterior, la balanza de riesgos sigue fuertemente inclinada hacia el crecimiento económico, y el desarrollo de los acontecimientos en el sector inmobiliario sigue adelantando mayores deterioros que no representarán más que un lastre para el crecimiento del vecino del norte. Ello nos lleva a esperar un nuevo recorte en la tasa de referencia en la próxima reunión del banco central.

¿De cuánto será el recorte?

Se ha especulado que en esta ocasión el recorte será mucho menos agresivo que en las cinco reuniones pasadas, debido a que se ha acumulado una reducción de 300pb desde septiembre del año pasado, y por tanto, se podría considerar que estas medidas ya son suficientes, dado que tan sólo quedan 225pb para que la tasa nominal sea nula (la real ya se ubica en -1.75%). En efecto, el promedio de las expectativas de los economistas (encuestados por Bloomberg) arroja un recorte esperado de 25pb. Adicionalmente, la minuta de la última reunión del FOMC (18 de marzo) muestra que los miembros del comité están más preocupados por la inflación que en reuniones anteriores y que, por tanto, el ritmo de los recortes pudiera desacelerarse de aquí a finales de año.

En efecto, en la última reunión, dos de los miembros del FOMC votaron en contra del recorte de 50pb (los presidentes de las FEDs de Filadelfia y Dallas, Charles Plosser y Richard Fisher, respectivamente), mientras que en la penúltima nada más había sido uno (Richard Fisher). El presidente de la FED de Dallas ha reiterado en sus últimas intervenciones que, a su modo de ver, las recientes reducciones en la tasa de referencia han sido muy rápidas y agresivas, con lo que se pudieran estar alimentando los riesgos inflacionarios.

Además, la FED, en su rol de prestamista de última instancia y de garante de la estabilidad de los mercados financieros, ha puesto en marcha varios programas y facilidades para que las entidades financieras puedan acceder a distintos instrumentos que le permitan aliviar los fuertes problemas de liquidez a los que se han enfrentado. Por ejemplo, se ampliaron las operaciones diarias de mercado abierto (es decir, las inyecciones de liquidez a las que sólo pueden acceder los 20 principales bancos) a la TAF (Term Auction Facility) y a la recientemente creada TSLF (Term Securities Lending Facility), accesibles a todas las instituciones depositarias estadounidenses (que son miles). Se destacó también el auxilio que prestó la FED de Nueva York JPMorgan en su adquisición de Bear Stearns. Adicionalmente, junto a los principales bancos centrales del mundo (Canadá, Reino Unido, Inglaterra, Suiza, Japón y Australia), la FED ha realizado operaciones, tales como la expansión de los montos de las operaciones de reporto y de swaps con el Banco Central Europeo y el Banco Nacional Suizo, todas con el fin de aliviar la turbulencia en los mercados financieros. Esto muestra que la FED está cumpliendo con su rol y también que está consciente de que las medidas tradicionales no son suficientes en situaciones como la que se está viviendo actualmente. Debido a lo anterior, es posible entonces que la FED modere las reducciones en la tasa de referencia, que ya está en niveles sumamente bajos.

Sin embargo, las expectativas están reñidas: el número de economistas que espera un recorte de 25pb es el mismo que el que espera uno de 50pb, y esto podría deberse a que, efectivamente, la economía real se ha deteriorado y por tanto, pudieran ser necesarias más medidas agresivas en términos de política monetaria. Muestra de ello fue el último Beige Book, publicado por la FED la semana pasada, que arroja una contracción en la actividad económica de tres cuartos de los distritos que reportan (9 de 12) en términos generales, pero también destaca el importante aumento de las presiones inflacionarias a la que se están enfrentando los productores, en especial por la vía de las materias primas. Debido a ello, es posible entonces que la FED reduzca entonces la tasa por 25pb nada más.

¿Qué dice el mercado?

De acuerdo el mercado de futuros de los fondos federales, al momento de escribir este documento, la probabilidad de un recorte de 25pb en la próxima reunión asciende a tan sólo 84%, por lo que no está completamente descontado alguna reducción de la tasa. Pero lo más importante es que estas expectativas se han ido reduciendo paulatinamente desde la última reunión, debido a los cambios en las señales que ha dado la FED y al aumento del peligro inflacionario, impulsado principalmente por el rally de los commodities. Para muestra un botón: el petróleo cerró ayer en un nuevo récord y el maíz hace algunas semanas fue por el mismo camino. Debido a ello, el mercado pasó de descontar casi completamente un recorte de 50pb inmediatamente después de la reunión del 18 de marzo, a descontar parcialmente uno de 25 pb. Desde este punto de vista entonces, no está completamente claro cuál será el próximo paso del FOMC.
¿Qué va a pasar entonces?
Como hemos comentado en ocasiones anteriores, habrán dos tipos de reacciones, y estas serán en función del anuncio del FOMC.

Estos tres casos pudieran interpretarse de la siguiente manera:
  • Caso 1: El mercado se decepcionaría debido a que no recibiría la inyección de liquidez que esperaba. No obstante, esto significaría que la FED estaría considerando que la reducción de 300pb sería suficiente para promover el crecimiento y evitar un despegue de la inflación y que, por tanto, la economía se recuperaría pronto.
  • Caso 2: El anuncio ocasionaría un rally en los mercados financieros (y no sólo los de EU) y además estaría enviando el mensaje de que el FOMC va a moderar o incluso detener los movimientos en las tasas de ese momento en adelante.
  • Caso 3: La noticia generaría una euforia en el mercado, debido a que no se espera que esto suceda. Pero también implicaría que las medidas tomadas hasta ahora no han sido suficientes como para alentar a la economía. Ello además significaría que la FED considera que la recesión será más larga y profunda de lo que se había previsto anteriormente.

De acuerdo a todo lo que hemos visto, consideramos que el movimiento que tomará el FOMC el próximo 30 de abril será uno de una reducción de 25pb en la tasa de referencia, para que se ubique en 2% y uno adicional de 25pb en la reunión del 25 de junio. Sin embargo, no descartamos un cambio en el panorama de aquí a una semana (debido a la volatilidad del mercado), que sería principalmente guiado por los resultados de los datos económicos que se anuncien hasta el próximo miércoles, entre los cuales destacan el PIB del primer trimestre, por cierto.

lunes, 21 de abril de 2008

El rally de los alimentos... ¿Hasta dónde va a llegar?

El rally de los alimentos
¿Hasta dónde va a llegar?



¿Qué es lo que está pasando?


En los últimos años, los precios de los alimentos, en especial de los granos, han aumentado a tasas nunca antes vistas. Por ejemplo, el precio del trigo, del 1° de enero de 2005 al 1° de enero de este año, aumentó 187%, el del arroz 88% y el del maíz 122%. De la misma forma, los precios de la soya, la leche, el azúcar, entre otros, han subido de forma exorbitante.



¿Por qué?

China:
el acelerado crecimiento chino ha ocasionado un aumento en el PIB per cápita, y en consecuencia un cambio en los patrones de consumo. Evidentemente, el aumento en los ingresos genera un aumento en la cantidad de carne consumida y por tanto en la demanda de alimentos de origen animal. En este sentido, la demanda de carne de res y de cerdo se ha incrementado, sobre todo de China hacia Estados Unidos. Puesto que dichos animales son alimentados con granos, esto ha ocasionado el aumento de la demanda de dichos productos y en consecuencia el encarecimiento de la soya y el maíz, por ejemplo.



La era de los biofuels y la sustitución de cultivos: el encarecimiento del petróleo ha sido una de las principales razones por las que se ha invertido dinero en la investigación y desarrollo de fuentes de energía alternativas, tales como el etanol. Dicho alcohol proviene de la fermentación de azúcares que se extraen del maíz y la soya, por ejemplo, pero el hecho es que el etanol se puede sustraer de prácticamente cualquier elemento orgánico. Debido a ello, el gobierno estadounidense ha otorgado subsidios a aquellos productores agrícolas que sustituyan sus cultivos por aquellos que sean eficientes en la producción de etanol, como lo es el maíz. En efecto, para este año, se espera que el tercio de las cosechas de maíz en Estados Unidos se destinen a la producción de etanol (Ver The Economist, The End of Cheap Food, 6 de Diciembre de 2007). En otras palabras, el aumento sostenido de la demanda de combustible alternativo ocasiona un traslado de la producción de maíz para generar etanol y entonces compite con la demanda de maíz como alimento, tanto para ganado como para seres humanos.

Adicionalmente, los subsidios otorgados por cultivar maíz en Estados Unidos han incentivado a que los productores de trigo y de otros granos estén sustituyendo sus cultivos para aprovechar estos ingresos extraordinarios. Esto ha ocasionado, indudablemente, un aumento en los precios del trigo

El clima: Puede que esta razón no sea tomada tanto en cuenta porque no tiene fundamento económico per se, pero el hecho es que la volatilidad del clima ocasionada por el efecto invernadero – calentamiento global – ha aumentado enormemente el factor riesgo a la hora de cultivar. El efecto es bastante sencillo: por ejemplo, si el clima es demasiado lluvioso, arruina las cosechas y por tanto ocasiona un incumplimiento en los contratos.

La crisis actual y el flight to quality: esta es la explicación más reciente que se le da al famoso rally de los commodities. Y esta va por varias vías. La primera es la depreciación del dólar, misma que ha ocasionado principalmente un aumento en la demanda de metales preciosos como reserva de valor. Sin embargo, hoy en día los inversionistas han buscado refugiarse en otros commodities que se ven más seguros, como el petróleo, el cobre y el maíz. La segunda razón es la demanda de activos como cobertura de inflación, que se ha dirigido igualmente hacia los commodities. La tercera vía por la que están aumentando los precios de los alimentos es por el aumento de la demanda de contratos de futuros debido a que estos se han mostrado muchísimo más rentables que los mercados de acciones.


Y eso, ¿qué implica?

Inflación generalizada:
esta es bastante evidente y casi el mundo entero la está viviendo en carne propia, eso sí, dependiendo de los patrones de consumo promedio en cada país. Es decir, la inflación se mide generalmente por medio del índice de precios al consumidor, que se calcula sobre la base del aumento de los precios de los productos que conforman la canasta de consumo, calculada por el banco central. Esto afectaría en mayor medida a los países pobres, debido a que, generalmente, la participación porcentual de los alimentos en su cesta de consumo es más elevada que la que tienen en las de los países más avanzados.

Escasez de alimentos: la sustitución de los cultivos destinados a alimentos por cultivos destinados a la fabricación de combustibles alternativos es una manifestación propia de la competencia que existe entre estos dos mercados. Suena irónico, pero lo cierto es que la población está creciendo y la superficie cultivada no está aumentando en la misma medida. Pareciera que estuviera cayendo. De hecho esto ya está creando inestabilidad en algunos países, sobre todo en los más pobres del mundo, porque los alimentos simplemente no están llegando. Es el caso de Haití, Egipto y Filipinas – para que vean que no es un fenómeno regional – .

¿Qué hay de los gobiernos?

Si se siguen acentuando los aumentos en los precios de los alimentos, podría llegarse a una crisis en términos de seguridad alimentaria, además de pronunciarse el problema de la pobreza urbana y rural. En este sentido, lo que le queda al mundo por hacer es que sus gobiernos intervengan, eso sí, de la manera correcta. Hasta ahora, los hechos nos han mostrado que los gobiernos lo están haciendo de la forma inadecuada. En efecto, hoy en día, a pesar de la existencia de la OMC y de los tratados comerciales en numerosos países, siguen existiendo enormes barreras para el comercio, entre las cuales se destacan los aranceles. Dichos impuestos ocasionan un encarecimiento de las importaciones y por tanto mayores presiones sobre los precios de los alimentos. De la misma forma, los subsidios que está otorgando Estados Unidos a los productores de trigo ocasiona una distorsión en el mercado y crea ventajas comparativas artificiales que terminan por incrementar los precios de los productos relacionados. Por otra parte, están el caso de Rusia y Venezuela, cuyos gobiernos han impuesto controles de precios a numerosos alimentos básicos, que, en vez de ayudar, han desincentivado a la producción y ocasionado desabastecimiento.

Entonces, lo que deberían hacer los países desarrollados es que reduzcan los subsidios y los impuestos arancelarios, puesto que los elevados precios a los que están los bienes agrícolas deberían seguir incentivando a la producción, con o sin subsidios. Asimismo, los gobiernos de los países emergentes - que generalmente son exportadores de commodities – deberían invertir mayores recursos en la producción de alimentos en los que tienen ventajas comparativas, con lo que los agricultores podrían aprovechar un mayor volumen de ingresos.

Entonces, ¿Qué va a pasar?


Lamentablemente, el rally de los commodities parece no haber acabado. A pesar de que el crecimiento mundial esté dando señales de desacelerarse en este año, el crecimiento de la población y de los mercados emergentes seguirán siendo factores que impulsarán a los precios de los alimentos. Hasta tanto los mercados no terminen de descontar todos los efectos de la crisis financiera, el flight to quality se mantendrá y por tanto los precios seguirán en alza. Además, los países desarrollados parecen no tener intenciones de eliminar las barreras al comercio, con lo que seguirán habiendo distorsiones. No queda más que esperar a ver como y cuando podrán intervenir los organismos internacionales, que ya han empezado a mostrar su preocupación por el tema y a proponer salidas para este problema de nunca acabar.

Kevy Nathalie Alcindor

viernes, 11 de abril de 2008

Empeoran las perspectivas para Estados Unidos y el mundo

La escasez de indicadores durante la semana pasada no impidió que las expectativas sobre Estados Unidos se deterioraran. En efecto, el FMI y el consenso de los economistas redujo significativamente sus expectativas de crecimiento para este y el próximo año. 
 

¿Qué fue lo más importante que pasó la semana pasada?
 

El martes pasado, la FED publicó la minuta de la última reunión de política monetaria, realizada los días 29 y 30 de enero, en la que se decidió recortar la tasa en 75pb a 2.25%. En ella se destacó que los miembros del FOMC consideraban que el deterioro de la economía iba a ser más largo y profundo de lo que anteriormente se pensaba, al tiempo que envió la señal de que los próximos movimientos de la tasa serían menos agresivos.
 

Esto quiere decir que la FED está tratando de ponerle un freno a la reducción de la tasa de los fondos federales, que ya va en 300pb desde septiembre, y 200pb en lo que va de año, seguramente por lo baja que ya se encuentra la tasa y porque corre el riesgo de quedarse de manos atadas. Adicionalmente, la FED considera que la política monetaria tiene efectos rezagados en la economía real y que por sí sola no es suficiente para evitar una recesión.
 

Por otra parte, el FMI publicó dos documentos muy importantes. En primer lugar, dio a conocer la nueva edición del Global Financial Stability Report, en el que se dedica principalmente a dar cuenta del deterioro de los mercados de crédito. Al respecto, el reporte destaca que los riesgos han aumentado en general, tanto para la economía, como para los mercados a nivel mundial. Asimismo, el reporte también explica que las condiciones en el mercado se han deteriorado significativamente, y que por tanto los riesgos para el crecimiento mundial son extremadamente altos.
 

De este reporte hace eco la publicación del World Economic Outlook, en el que el que organismo internacional recorta las proyecciones de crecimiento del mundo y de casi todos los países. En efecto, recorta el pronóstico de la expansión del mundo de este y el próximo año a 3.7% y 3.8%, respectivamente, desde 4.2% y 4.4% proyectado anteriormente (en el update de enero). Asimismo, el crecimiento de Estados Unidos es fuertemente revisado a la baja, tanto para 2008 como para 2009: el de este año se espera en un mediocre 0.5%, en tanto que el de 2009 se pronostica en 0.6%, desde 1.5% y 1.8% en la estimación dada a conocer en enero.
 

Esta opinión no es aislada. En efecto, esta semana también se dio a conocer la encuesta mensual de Bloomberg correspondiente a abril, en la que el promedio de los 62 economistas encuestados recortó el crecimiento de este año a 1.3%, desde el 1.4% pronosticado en marzo. En particular, ahora los economistas están esperando un crecimiento nulo tanto para el primer como el segundo trimestre de este año. En otras palabras, los datos económicos dados a conocer hasta ahora ya no apuntan simplemente a que Estados Unidos está en recesión, sino que esta va a ser más pronunciada y más larga de lo que se estaba esperando.
 

¿Y qué más pasó?
 

Adicionalmente, los efectos se están resintiendo hasta en los sectores en donde se esperaba un mejor desempeño. De hecho, esta semana se dio a conocer la balanza comercial correspondiente a febrero, donde se reportó que el déficit comercial había aumentado a US$ 62,300 millones de dólares, cuando se esperaba que cayera a US$ 57,500. Esto se debió a que el aumento de las importaciones superó ampliamente al de las exportaciones, debido principalmente a que el valor de las importaciones petroleras se disparó.
 
Esto sin duda es bastante preocupante, puesto que la depreciación del dólar, que está abaratando las exportaciones estadounidenses debería ayudar a contraer el déficit comercial. Sin embargo el fuerte aumento de los precios del petróleo está afectando negativamente a esta ecuación y desfavoreciendo entonces al sector comercial estadounidense.
 

Aunado a ello, el índice de precios a las importaciones aumentó 2.8% en marzo con respecto a febrero, acelerándose luego de haber crecido 0.2%, lo cual fue, una vez más, impulsado por el incremento de los precios de las importaciones petroleras (+9.1%). Por otro lado, el índice de confianza de los consumidores publicado por la Universidad de Michigan volvió a caer, esta vez a 63.2 puntos, y con ello se ubicó en niveles mínimos de más de veinticinco años, resultado que es bastante preocupante en lo que a perspectivas de consumo.
 

En suma, esta semana fue bastante negativa en lo que a indicadores económicos se refiere, y no ha hecho más que reforzar el hecho que la situación en Estados Unidos va para rato y va a ser peor de lo que todos pensaban.
 

¿Qué se espera para esta semana?
 

Esta semana será bastante agitada en lo que a indicadores se refiere, y seguramente generará un deterioro en las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos. El dato más importante será el de las ventas al menudeo este lunes 14, que se espera no presente cambios en marzo con respecto a febrero. De arrojarse un resultado alineado con las expectativas, el próximo paso que tomará el consumo será el de contracción y por tanto, consecuencias nefastas para la actividad productiva.
 

Hablando de producción, esta semana se darán a conocer varios indicadores manufactureros regionales de abril (Nueva York y Filadelfia), donde se esperan nuevas contracciones. Pero lo más importante al respecto será la publicación este miércoles 16 de la producción industrial, que se espera caiga 0.1% en marzo.
 

En lo que a inflación se refiere, se dará a conocer el martes 15 el índice de precios al productor, que debería, según las expectativas, aumentar 0.7% en marzo. Asimismo, se publicará el índice de precios al consumidor, que se espera aumente 0.3% en el mismo periodo.
 

En pocas palabras, se esperan muchos datos para esta semana, acompañados de los reportes trimestrales de las empresas estadounidenses, que serán igualmente objeto de nuestra atención.

 

martes, 8 de abril de 2008

El FMI da a conocer estimaciones nada alentadoras para los mercados financieros

El FMI acaba de dar a conocer el Global Financial Stability Report, publicación semianual que monitorea, como su nombre lo dice, el estado de salud de los mercados financieros globales. En dicho reporte, se destaca que se espera que las pérdidas financieras relacionadas con la crisis hipotecaria estadounidense pudieran ser de US$ 945 mil millones (o sea, casi un billón de dólares) y que hasta ahora no se ha podido medir la verdadera magnitud del problema. Asimismo, destacó que del total, las pérdidas en el mercado inmobiliario como tal ascenderían a US$ 565 mil millones debido a la caída de los precios de las casas y el aumento de la morosidad. Adicionalmente, el FMI advierte que lo peor de la crisis está por venir, porque hasta ahora las pérdidas reportadas no llegan a estas cifras (según cifras de Bloomberg, van US$ 232 mil millones). En otras palabras, el panorama no mejora en lo absoluto, y aún falta mucho por ver en esta crisis.
 
Si quieren ver el reporte, hagan clic aquí.

lunes, 7 de abril de 2008

Fed y Banxico, con prioridades diferentes.

BAROMETRO FINANCIERO
Débora Luna / Kevy Alcindor
Lunes, 7 de abril de 2008
  • Fed y Banxico, con prioridades diferentes.

La información económica estadounidense publicada la semana pasada confirmó de forma abrumadora el deterioro significativo de la actividad productiva.

En particular, la inesperada destrucción de empleos que se registró durante marzo anticipa la contracción del consumo de la población estadounidense, que sin duda va a liderar la tan temida recesión, que está más cerca que nunca.

Aunado a ello, los indicadores de opinión de manufactura y servicios publicados por el Institute for Supply Management muestran que la producción en ambos sectores se contrajo durante todo el primer trimestre y, por tanto, reflejan el declive del aparato económico de nuestro vecino del norte.

En efecto, el presidente del banco de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, reiteró que el crecimiento estaba en fuerte deterioro y que, por tanto, no se descartaba la posibilidad de una recesión en el primer semestre del año.

No obstante, el caso mexicano ha divergido sorprendentemente de lo que está pasando en Estados Unidos, al menos en lo que va del año.

Como ya hemos comentado, en términos de la actividad económica, el primer bimestre del año ha arrojado un balance positivo.

La producción automotriz ha sido el motor de la manufactura, permitiéndonos recuperar terreno en términos de producción industrial.

A su vez, las importaciones, tanto de bienes intermedios como de capital, han presentado avances significativos, sugiriendo un mayor dinamismo por parte de la actividad económica.

En ocasiones anteriores hemos comentado que debido a las vacaciones de Semana Santa, los indicadores de la actividad económica no serán tan positivos en marzo.

Pese a ello, contamos con indicadores de opinión que nos pueden ayudar a inferir si el mes pasado fue bueno o no. Algunos de ellos son los indicadores de confianza de los consumidores y de los analistas económicos del sector privado, que en marzo presentaron avances respecto a febrero.

En contraste, tanto el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) como el INEGI pronostican un panorama no tan oscuro como se esperaba en meses anteriores, en términos de actividad manufacturera.

En lo que a inflación se refiere, México también se diferencia de Estados Unidos. La Fed ha explícitamente declarado que el balance de riesgos se mantiene inclinado hacia el crecimiento y que las presiones inflacionarias actuales son de corto plazo.

Por el contrario, las autoridades monetarias de México consideran que la lucha en contra de la inflación es prioritaria.

A principios de año, el panorama inflacionario mejoró inesperadamente. Sin embargo, vinieron marzo y las vacaciones de Semana Santa y, junto a ellos, una inflación que triplicó las expectativas del mercado.

A la inflación en los servicios turísticos se unieron los aumentos de los precios de algunos alimentos y energéticos. Por si fuera poco, viendo hacia adelante, los futuros de los precios internacionales de los commodities no dan señales de un tope; por lo que las expectativas inflacionarias han sido fuertemente revisadas al alza.

Por ejemplo, de acuerdo con las últimas encuestas de expectativas levantadas por Banamex y Banco de México, la inflación esperada para este año se ubica en un promedio de 3.98 por ciento, cuando antes era de 3.74 por ciento.

Esto quiere decir que, a diferencia de Estados Unidos, México estima que el alza en los precios de los commodities no va a generar efectos fortuitos, sino que, al contrario, podría contaminar el proceso de formación de precios internos, impidiéndole al Banxico recortar la tasa de referencia en el corto plazo.

No obstante, el número de analistas que cree que el Banco de México reducirá la tasa de referencia en los próximos meses aumentó considerablemente.

En efecto, la Encuesta de Expectativas de Analistas de Mercados Financieros levantada por Banamex arrojó que 76 por ciento de los entrevistados estima una relajación de la política monetaria, cuando hace un mes ese porcentaje era de 68 por ciento. La intuición económica nos indica una contradicción entre el deterioro de las expectativas inflacionarias y el sentimiento de que la política monetaria deba relajarse.

El hecho de que este fenómeno se esté produciendo podría estar indicando que los economistas mexicanos consideran que el desempeño económico de México depende a tan elevado grado del de Estados Unidos que la política monetaria del Banxico debe guiarse por la de la Fed.

O bien que, en realidad, la senda inflacionaria a futuro retornará a los rangos de confort del banco central, dándole espacio para recortar la tasa de fondeo en el mediano o largo plazos.



Economistas del sector privado
 

domingo, 6 de abril de 2008

Siguen las malas noticias en Estados Unidos

La gran cantidad de indicadores que se dieron a conocer la semana pasada confirmó el fuerte deterioro de la economía estadounidense, que al parecer es peor de lo que se piensa.

¿Qué fue lo más importante que pasó la semana pasada?

Sin duda alguna, el dato más importante de la semana fue el del cambio en la nómina no agrícola, mismo que arrojó una destrucción de empleos por tercer mes consecutivo, en
esta ocasión de 80,000 en marzo, mientras que el mercado esperaba una caída de tan sólo 50,000 empleos. Adicionalmente, el Departamento de Estadísticas Laborales
revisó a la baja los datos de enero y febrero, ambos a 76,000, lo cual quiere decir que la situación del mercado laboral está mucho más deteriorada de lo que se pensaba y
por tanto tendrá repercusiones negativas en el consumo.

Aunado a ellos, las solicitudes iniciales de beneficios por desempleo aumentaron en 38,000 unidades en la semana que terminó el 29 de marzo, para así ubicarse en una cifra
inesperada de 407,000, el mayor nivel desde septiembre de 2005, cuando el huracán Katrina destrozó Nueva Orleans. En consecuencia, la tasa de desempleo estadounidense
ascendió entonces a 5.1%, cifra que acabó con la situación de pleno empleo en la que se encontraba el aparato económico estadounidense hasta febrero. En otras palabras, el sector laboral está en estado sumamente deteriorado.

Por otro lado, el Institute for Supply Management publicó sus índices manufacturero y servicios de marzo, para los cuales se obtuvieron resultados mejores a los esperados, aunque negativos. En el caso del sector manufacturero, el índice correspondiente aumentó inesperadamente a 48.6 en marzo, desde 48.3 en el mes anterior, contra una caída esperada a 48.5. Este resultado quiere decir que el sector manufacturero se mantiene en deterioro, aunque en menor medida que el mes anterior.

En lo que a sector servicios se refiere, el índice no manufacturero también registró una cifra mejor al conjunto de las expectativas: aumentó a 49.6, desde 49.3 en el mes
anterior, contra 48.5 esperado. Al igual que para el caso del índice manufacturero, la interpretación que hacemos a este resultado es que la actividad se contrajo, pero menos que en febrero. Vale destacar que para ambos sectores, los gerentes de compra señalaron que se siguen enfrentando a presiones inflacionarias por el lado de los costos,
especialmente por el aumento de los precios de los commodities.

En lo que al sector inmobiliario se refiere, las noticias siguen apuntando a la misma dirección: contracción y más contracción. El gasto en construcción cayó 0.3% en febrero, luego de haber caído 1.7% en el mes anterior. Dicho declive fue liderado, por supuesto, por la construcción residencial, que cayó 1% en el mes y 19% en los doce meses que terminaron el 29 de febrero. Dicho esto, la recuperación del sector inmobiliario aún no se acerca, y por tanto esta crisis será un lastre para el resto del crecimiento por un buen rato más.

¿Qué hay de la FED?

Esta semana, el presidente de la FED, Ben Bernanke, compareció ante la Comisión Económica del Senado, y destacó que habían posibilidades de que la economía
entrara en recesión, pero consideraba que se recuperaría en la segunda mitad del año. Adicionalmente, señaló que las políticas expansivas que se habían ejercido, tanto a nivel
fiscal como monetario, eran necesarias para estimular al crecimiento y por tanto debían mantenerse para apaciguar los efectos de la crisis subprime sobre el resto de la
economía.

En lo que a inflación se refiere, el presidente de la FED destacó que seguía siendo objeto de preocupación pero que pronosticaba que en el mediano plazo las presiones se
iban a moderar. En otras palabras, Ben Bernanke mantuvo el discurso que ha transmitido en las últimas semanas, mismo que es pesimista para la primera mitad del año pero más optimista para el segundo. Como ya comentamos la semana anterior, toda la información económica apunta hacia el escenario de recesión de la economía, principalmente por el lado del consumo, esto debido al fuerte deterioro que ha sufrido el
mercado laboral estadounidense. Por tanto lo más probable que ocurra es que la FED siga expandiendo la política monetaria para así estimular al crecimiento y evitar males
mayores en la economía.

¿Qué se espera para esta semana?

Esta semana se anuncia más bien ligera en lo que a indicadores se refiere, al menos con respecto a la que acaba de pasar. Sin embargo ya contaremos con nueva información de la inflación que se ha acelerado en los últimos meses. Al respecto, el viernes 11 se publicará el índice de precios de las importaciones, que se espera registre un aumento de 2% en marzo, y por tanto muestre una acentuada aceleración con respecto a febrero, cuando había aumentado 0.2%.

Por otro lado, se publicará el jueves 10 la balanza comercial de febrero, donde se espera una contracción del déficit comercial a US$ 57,500 millones. En lo que a consumo se refiere, la Universidad de Michigan publicará su índice de confianza preliminar, que debería, según las expectativas, caer a 69 en abril.

Por el lado de inversión, se publicará el informe de comercio al mayoreo estadounidense de febrero, donde esperamos que los inventarios de mayoristas acumulen 0.5% más que
en el primer mes del año. Asimismo, estaremos atentos a la información corporativa
que se dé a conocer durante la semana que podría darnos mayores datos sobre la magnitud de las pérdidas relacionadas con las hipotecas subprime, que al momento
de escribir este documento, ascienden a US$ 232,000 millones.

Hace algunos años descubrí que me encantaba estar enterada de la economía mundial y de eventos financieros relevantes... Aquí les dejo una porción de lo que pienso y leo al respecto. A veces sera en ingles y a veces en español, dependiendo del mood y del tema...