viernes, 10 de octubre de 2008

Crónica de una turbulencia anunciada

La semana pasada, el mundo fue sacudido por un sin número de eventos sin precedentes en la historia de los mercados financieros. En consecuencia, varios mercados tuvieron que incluso suspender operaciones para así evitar un colapso de sus sistemas financieros.

¿Qué fue lo más importante que pasó la semana pasada?


La pregunta más bien debería ser ¿qué no fue importante en la semana? En definitiva, la publicación de los datos económicos en Estados Unidos y el resto del mundo fue completamente irrelevante en comparación con todo lo que ocurrió en la semana. Haremos entonces un breve pero completo recuento de todo lo que ocurrió.


Inicia la semana con una depreciación generalizada de las monedas con respecto al dólar estadounidense, ocasionada por un exceso de demanda de dólares, mismo que fue ocasionado por el aumento del flujo de capitales hacia inversiones seguras - el famoso flight to quality -, es decir, bonos del Tesoro estadounidense. En Alemania, el gobierno interviene en el sistema financiero, aportando garantías por un monto de US$37 mil millones para rescatar al banco hipotecario Hypo Real Estate. Adicional a ello, el gobierno belga anuncia que el banco francés BNP Paribas compraría 75% del banco belga Fortis, uno de los principales afectados por la crisis financiera en Bélgica, por un monto de US$19,800 millones, con lo que adquiriría las operaciones en Bélgica y en Luxemburgo. Y esto sólo es el comienzo.


El martes 7 de octubre, se dan a conocer nuevas medidas conjuntas de los bancos centrales para proveer liquidez - en dólares, por favor - a los nerviosos mercados. La FED amplia los términos de la Term Auction Facility en términos de montos, plazos y colaterales aceptados. En efecto, se triplican los montos ofrecidos en cada subasta, a US$75 mil millones. Vale destacar que esta medida favorece a los bancos comerciales extranjeros en vista de que esta ventana de descuento está disponible para ellos. Asimismo, crea la TAF forward, que permite ampliar aún más el acceso a divisas, y contempla subastas por un total de US$150 mil millones. Adicional a ello, la FED amplia su línea de crédito swap con los bancos centrales de Canadá, Inglaterra, Japón, Dinamarca, Europa, Noruega, Suecia, Australia y Suiza, además de prorrogar el vencimiento de dicha modalidad. El monto de dichas operaciones aumentó de US$290 mil millones a US$620 mil millones.


No contenta con eso, la FED da a conocer una nueva modalidad de financiamiento para el sistema. Se trata de la Commercial Paper Funding Facility, misma que tiene contemplado comprar los papeles que no han podido ser vendidos en el mercado - debido al elevado nivel de desconfianza - sean respaldados o no. Esta medida busca evitar el colapso del mercado de los papeles comerciales - o ciertos tipos de bonos corporativos - que ya ha tenido algunos problemas.
El mismo martes, España se convierte en el tercer país europeo - después de Irlanda y Alemania - en intervenir de forma drástica en el sistema financiero. En efecto, crea un fondo de US$68 mil millones para comprar los activos emproblemados de las empresas financieras, ello además de aumentar las garantías de las cuentas bancarias de US$27 mil a US$133 mil, con el objetivo de reestablecer la confianza.


Por otra parte, el mercado de los futuros de los fondos federales descuenta con elevada probabilidad un recorte de la tasa de referencia de 75pb, posibilidad que se acentúa cuando el presidente de la FED, Ben Bernanke, declara que los riesgos para el crecimiento se han elevado significativamente, por lo que advierte que el comité de política monetaria va a revisar si su política monetaria sigue siendo adecuada. Del otro lado del Pacífico, el Banco de Japón sostiene su reunión de política monetaria, que decide mantener sin cambios. Por el contrario, el Banco de Australia toma una decisión agresiva y sin precedentes: recorta la tasa en 100pb, alegando que los riesgos para el crecimiento se han elevado de forma significativa. Nadie sabía que al día siguiente, este mismo argumento iba a ser utilizado por unos cuantos bancos centrales más.



En efecto, el miércoles 8, el mercado madruga con la noticia que los bancos centrales de Estados Unidos, Europa, Inglaterra, Canadá, Suecia y Suiza decidieron de forma conjunta e inesperada recortar sus respectivas tasas de referencia. El Banco de Japón apoyó esta medida aunque no la tomó debido a que su tasa se ubica en 0.50%. Todos estos bancos centrales se unieron hasta en el contenido del comunicado, en el que destacaron que dicha medida se había tomado porque el fuerte deterioro de los mercados financieros estaba generando efectos negativos en la economía y por tanto aumentando el riesgo de recesión en los países industrializados.


Adicional a ello, los bancos centrales involucrados expresan que las presiones inflacionarias han empezado a moderarse en muchos países, debido a la caída de los precios de la energía y de otros commodities, lo cual abre más espacio para relajar la política monetaria. Esta medida, en primera instancia fue bien recibida por el mercado pero. No obstante, luego que el mercado absorbiera la noticia y asimilara que dicha decisión venía justificada por el aumento de riesgo de recesión, se desplomó por tercer día consecutivo. Tanto fue el desplome de los mercados que Rusia, Indonesia, Ucrania y Rumania tuvieron que suspender las operaciones en sus respectivos mercados de valores.


Haciendo eco de la medida tomada por los bancos centrales norteamericanos y europeos, el banco central chino decide, por su parte, recortar su tasa de referencia en 27pb, dado que la crisis financiera también ha afectado al desempeño de sus mercados financieros y de su economía, que ya está dando señales de desaceleración.


Siguiendo los pasos de Alemania, España e Irlanda, el gobierno británico toma la batuta del sistema financiero del Reino Unido y decide, luego de recortar su tasa de referencia, poner en marcha un plan de rescate que consiste en la compra de acciones de los principales ocho bancos del país, por un monto total de US$87 mil millones. En otras palabras, el gobierno británico nacionaliza parcialmente a los bancos.


El nerviosismo suscitado en los mercados sigue ocasionando fuertes movimientos de capitales alrededor del globo y la consiguiente depreciación de los tipos de cambio con respecto al dólar. De los más afectados, destacan México y Brasil.


En México, la Comisión de Cambios, que hacía algunos meses había suspendido las subastas de dólares, anuncia el mismo miércoles una subasta extraordinaria de US$2,500 millones y la realización de subastas de US$400 millones en los días siguientes, si el peso se depreciaba más de 2%. Esta decisión fue ocasionada por la fuerte depreciación del peso, que llegó a superar los 14 dólares por peso a inicios de jornada. A pesar de la sed de dólares que reinaba en el mercado, la primera subasta queda completamente desierta y en la segunda ocasión en que se realizó, una hora más tarde, logra colocar poco menos de los US$1,000 millones de los US$2,500 millones que tenía pautados.


De la misma forma, el banco central brasileño reactiva ese mismo día las subastas de dólares para frenar la fuerte depreciación del real, que alcanza los 2.30 reales por dólar. Subasta un monto récord en su historia de US$208 mil millones de sus reservas, a fin de satisfacer la demanda de divisas en el mercado y revertir el encarecmiento del dólar ante el real. Sin embargo, estas medidas no logran su cometido y las monedas siguen depreciándose durante el resto de la semana, aunque de forma más moderada. Estos fuertes movimientos ocasionan igualmente aumentos desproporcionados del precio de asegurar la deuda en el extranjero de los países emergentes, el credit default swap. Por ejemplo, el CDS de Ucrania logró aumentar el viernes 523pb, su mayor avance en la historia, para alcanzar los 1,750 puntos.


El jueves 9, se calman un poco los ánimos, pero no dejan de darse a conocer noticias importantes. El Fondo Monetario publica la versión completa de su acostumbrado World Economic Outlook, en el que recorta absolutamente todas las expectativas de crecimiento para el 2009, lo que resulta en una reducción de la proyección de la expansión del PIB para el próximo año a 3%, desde 3.9% que había proyectado en el update de julio. Una de las proyecciones más afectadas es la de Estados Unidos, que pasa de 0.8% a 0.1%. La de la Unión Europea es también revisada fuertemente, de 1.2% a 0.2%.



Siguiendo con lo de la nueva oleada de recortes en tasas, en Asia, los bancos centrales de Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur hacen lo propio, reconociendo que la crisis financiera va a tener repercusiones sobre los desempeños de sus respectivas economías.


De la misma forma, en Medio Oriente se produce el mismo fenómeno, pero vale recordar que muchos de los bancos centrales de esta región tienen sus políticas monetarias ancladas a la de Estados Unidos, por lo que estos movimientos no fueron tan sorpresivos. En efecto, los bancos centrales de Bahrein, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos deciden reducir sus respectivas tasas de interés.


Finalmente, el viernes 10, aunque no se produjeron tantas noticias como en los días anteriores, los mercados no dejaron de temblar. Reinó una tensa calma ante la expectativa de la reunión de emergencia que llevaron a cabo los banqueros centrales y ministros de finanzas del Grupo de los 7, que inició el mismo viernes.


¿Y ahora, qué?


Al momento de escribir este documento, había iniciado la reunión del G-7, de la cual se emitió un comunicado en el que planteaban los puntos generales del acuerdo al que habían llegado los presentes, luego de considerar que la situación actual requiere acciones urgentes y excepcionales. Dichos puntos contemplan, entre otras cosas: 1) emprender acciones decisivas y utilizar las herramientas disponibles para sostener las instituciones financieras importantes y prevenir su fracaso; 2) dar todos los pasos necesarios para “descongelar” los mercados de crédito y dinero, así como asegurar que las instituciones financieras tengan acceso suficiente a liquidez y financiamiento; 3) asegurar que las instituciones financieras puedan recaudar el capital necesario en cuanto lo requieran, sea de fuentes privadas o públicas, para poder recobrar la confianza y seguir otorgando préstamos; 4) asegurar que los programas nacionales respectivos de garantía y seguro de depósitos sean lo suficientemente robustos y consistentes para que los bancos comerciales tengan suficiente confianza; y 5) emprender acciones, cuando sean apropiadas, para recuperar los mercados secundarios de los activos respaldados por hipotecas y otros activos, tales como otorgar información transparente y fidedigna.


Asimismo, el G-7 aclaró que estas acciones se tomarían de forma tal que los contribuyentes no fueran afectados, para evitar daños en el resto de la economía, acompañadas de las medidas de política económica que sean necesarias y apropiadas. Estas acciones, que, a nuestro modo de ver, aún no son muy claras, deberían ayudar a restaurar los mercados pero, no serán tomadas en cuenta hasta que se den a conocer más detalles. Lo que nos queda claro es que aún falta mucho para que esta crisis se resuelva y es definitivamente necesario que, no sólo el G-7, sino todos los países, tomen acciones contundentes para evitar un colapso financiero global que, hoy más que nunca, está a la vuelta de la esquina.


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Hace algunos años descubrí que me encantaba estar enterada de la economía mundial y de eventos financieros relevantes... Aquí les dejo una porción de lo que pienso y leo al respecto. A veces sera en ingles y a veces en español, dependiendo del mood y del tema...