El G-20, tratando de salvar al mundo
Durante la semana pasada, se llevó a cabo la Cumbre del Grupo de los 20, que trajo consigo una resolución bastante ambiciosa, pero sobre todo un compromiso que, si lo cumplen los gobiernos, salvará al mundo.
¿Qué fue lo más importante que pasó la semana pasada?
En la comunicación que dieron a conocer, los líderes del G-20 se comprometieron principalmente a: 1) restaurar la confianza, el crecimiento y el empleo, mantener la sostenibilidad fiscal de largo plazo y poner en marcha acciones para acelerar el retorno al crecimiento. También hicieron un llamado al FMI a que tomara las acciones regulatorias que necesiten para tal objetivo. Los líderes del G-20 se comprometieron a proveer fondos por un monto de US$1.1 billones (1.1 trillion en inglés) que estimule a la economía y restaure el crédito, el empleo, fondos que serán provistos a través de las instituciones financieras internacionales; 2) fortalecer la supervisión y regulación financiera a través de la creación de un sistema de supervisión mejor y más creíble, así como de regulación que tome en cuenta la exposición al riesgo, el apalancamiento excesivo, en particular de los fondos de cobertura (hedge funds) y de las calificadoras de crédito; 3) fondear y reformar a las instituciones financieras internacionales para sobrellevar esta crisis y prevenir crisis futuras, por medio de la provisión de recursos adicionales por un monto de US$850 mil millones a través de las instituciones financieras internacionales, tales como el FMI, el Banco Mundial, y otros bancos multilaterales de desarrollo, de los cuales US$500 mil millones se destinarán a expandir los recursos del FMI, un aumento de los fondos de los Derechos Especiales de Giro (SDR, por sus siglas en inglés) por un monto de US$250 mil millones, y al menos US$100 mil millones en préstamos adicionales que otorguen los bancos multilaterales de desarrollo; 4) promover el comercio global, la inversión y rechazar el proteccionismo, además de diseñar un mecanismo de supervisión transparente, tomar medidas que promuevan el comercio, lo cual incluye la provisión de un fondo de US$250 mil millones para acelerar la actividad de las finanzas internacionales, que constituyen 90% del comercio mundial; 5) construir una recuperación económica inclusiva y sustentable con el ambiente, haciendo alusión al cumplimiento de las Metas de Desarrollo del Milenio y el aumento de la ayuda a los países de ingresos bajos por un monto adicional de US$50 mil millones, a través del FMI.
Sin duda alguna, los mercados tomaron bien esta noticia porque representa un conjunto de medidas que debería estimular al crecimiento y acelerar la recuperación. Sin embargo, aunque no queremos ser los pesimistas de la historia, dudamos mucho del cumplimiento de este compromiso porque ya es bien sabido que la mayoría de los acuerdos que se concretan en este tipo de encuentros son meramente diplomáticos y en muchos de los casos no se cumplen.
¿Cómo está la economía estadounidense?
Los datos que se dieron a conocer esta semana mostraron ligeros progresos en algunos ámbitos de la economía, y fuertes deterioros en otros. Por ejemplo, los índices del ISM mejoraron ligeramente con respecto a febrero pero se mantuvieron por debajo de 50, lo cual quiere decir que tanto la actividad manufacturera como la de servicios sigue deteriorada.
Por otra parte, las órdenes de fábrica mejoraraon, al avanzar 1.8% en febrero respecto al mes anterior, arrojando un resultado mejor al esperado. El gasto en construcción, aunque cayó, mostró una desaceleración importante en el ritmo de contracción, al retroceder tan sólo 0.9% en febrero, luego de haberlo hecho en 3.3% en el periodo previo.
Sin embargo, y como era de esperarse, la situación del mercado laboral siguió empeorando. En efecto, las solicitudes continuas de beneficios de desempleo alcanzaron un nuevo récord, al ubicarse en 5.59 millones en la semana que terminó el 21 de marzo. Por si fuera poco, la nómina no agrícola volvió a desplomarse, al registrar una caída de 663 mil puestos de trabajo en el pasado mes, con lo que el total de empleos no agrícolas perdidos en la recesión ya asciende a 5.13 millones.
Asimismo, el número de personas desempleadas en Estados Unidos ya supera los 13 millones de personas y la tasa de desempleo en marzo alcanzó un nuevo máximo de 25 años, al situarse en 8.5% en el mes pasado. En otras palabras, aún resta un rato de recesión, por lo menos en términos de empleo.
¿Qué se espera para esta semana?
En esta semana corta para México, tendremos una agenda bastante escasa en términos de indicadores en Estados Unidos.
El martes 7, se dará a conocer el crédito al consumidor, que el mercado espera caiga en US$3,000 millones en febrero. El miércoles 8, se publicarán los inventarios de mayoristas, que deberían, de acuerdo con las expectativas del mercado, caer en 0.6% en el segundo mes del año.
El jueves 9, se dará a conocer la balanza comercial, que se espera arroje un déficit similar al registrado en enero, es decir de US$36 mil millones en febrero. Se publicarán como de costumbre las solicitudes iniciales de beneficios de desempleo, que se estima asciendan a 660 mil en la semana que culmina el 4 de abril, así como el índice de precios a las exportaciones, para el cual se espera un avance de 0.9% en marzo con respecto al mes anterior.
Por último pero no menos importante, el Departamento del Tesoro dará a conocer su reporte presupuestal mensual, para el cual se espera un déficit de US$150 mil millones en marzo, ello debido al astronómico gasto que está llevando a cabo el gobierno para sacar a la economía de la recesión.
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