A pesar de que no faltaron los datos económicos durante la semana pasada, las noticias que resaltaron fueron las concernientes al sector automotriz, que ha sido de los más afectados a lo largo de toda la crisis económico-financiera. Por otra parte, los temores en torno a la influenza presuntamente originada en México no ocasionaron daños mayores en los mercados.
¿Qué fue lo más importante que pasó la semana pasada?
En primer lugar, General Motors dio a conocer el pasado lunes lo que llamó su plan de viabilidad. Dicho plan incluye cambios sumamente significativos en lo que a la estructura financiera, tamaño y operación de la ensambladora se refiere. Entre dichos cambios, destacan el enfoque en sus cuatro marcas principales, como lo son Chevrolet, Cadillac, Buick y GMC, la reestructuración agresiva de los concesionarios presentes en Estados Unidos, el cierre de algunas plantas de ensamblaje y la reducción de los costos estructurales.
En lo que a las marcas y modelos se refiere, además de concentrarse en las ya mencionadas líneas de autos y camionetas, General Motors anunció la desaparición de Pontiac e informó que estaba estudiando el destino de las marcas Saab, Saturn y Hummer. Asimismo, GM va a reducir el número de modelos de 48 a 34 para el cierre de 2010 y la cantidad de concesionarios en EU en 42%.
En términos de volumen producido y ventas, GM proyecta un recorte en la cantidad de unidades producidas de 190 mil unidades, con lo que se llegaría a aproximadamente 10 millones de vehículos al año, producto de la menor cantidad de plantas ensambladoras, inventarios reducidos y también menos concesionarios.
Al respecto, la ensambladora estima reducir el número de sus plantas 47 en 2008 a 34 al cierre de 2010 y a 31 al cierre de 2012, ello con el fin de ser más eficientes en el uso de capital, incrementar el uso de la capacidad y responder más rápido a los cambios en el mercado.
Por el lado del empleo, las noticias no fueron nada buenas. GM piensa reducir su nómina de 61 mil en 2008 a 40 mil personas a fines de 2010 (-34%), y a 38 mil empleados a fines de 2011, también debido a la necesidad de cerrar plantas y recortar el número de marcas y de concesionarios. En consecuencia, se espera que se reduzcan los costos laborales por hora de US$7,600 millones en 2008 a US$5,000 millones en 2010 (-34%). Asimismo, GM se compromete a seguir trabajando con los trabajadores afiliados al sindicato (el UAW) para reducir el costo laboral y reestructurar el contrato colectivo. Gracias a todas estas reestructuraciones, GM estima que los costos estructurales se reducirán en 25%.
Finalmente, en términos financieros, GM propuso un intercambio de bonos por acciones por una suma de aproximadamente US$27 mil millones. Si esta operación es exitosa, la gran mayoría de su deuda se convertirá en acciones. De lo contrario, la empresa tendría que acogerse a Chapter 11.
Al respecto del conocido Chapter 11, hubo una empresa que aparentemente no se salvó de esta situación, tal fue el caso de Chrysler. En efecto, el pasado viernes, el presidente Barack Obama mismo hizo el anuncio e indicó que el proceso de entrada a la corte de bancarrotas comenzaría el viernes mismo. Dicho proceso contempla que Fiat se encargue de la reestructuración de dicha compañía, que el presidente espera sea rápida y eficiente. De acuerdo con la información dada a conocer por Fiat, se espera que el proceso de reestructuración dure entre 30 y 60 días. Para dicho proceso, el gobierno otorgará adicional a lo ya aportado un máximo de US$8 mil millones, de los cuales US$3,500 pudieran utilizarse para financiamiento como deudor en posesión, a cambio de lo cual tendrá una participación accionaria en la nueva compañía de 8%, en tanto que los gobiernos de Canadá y de Ontario contarán con el 2%. Por su parte, Fiat tendría 20% de la participación en la nueva Chrysler, que vendría a ser la antigua compañía, luego de una «cirugía».
Asimismo se indicó que el número de concesionarios se reduciría, aunque no se precisó en cuanto, y tampoco se habló de reducciones en la nómina de empleados. Por otra parte, se logró una reducción de costos laborales con el sindicato y el recorte de la deuda con sus acreedores. En este sentido, el Departamento del Tesoro espera poder lograr un intercambio de deuda de US$6,900 millones por US$2,250 millones en efectivo, lo cual aún no está confirmado. La ejecución de estos acuerdos está sujeta a que la corte de bancarrotas de Nueva York los apruebe sin modificaciones.
En términos generales, vemos los dos casos, que aún no son hechos, como dos reestructuraciones drásticas a las compañías. Para hacer el cuento corto, sus tamaños van a ser sustancialmente reducidos de modo que los costos y las deudas que manejen de ahora en adelante sean más manejables. Consideramos que, a pesar de que puede sonar negativo entrar en Chapter 11, es de todos los males, el menos peor. No obstante, reconocemos que de todas formas, estos cambios tendrán repercusiones negativas en otros sectores de la economía.
¿Qué se espera para esta semana?De lo más importante que esperamos para esta semana, destacan los resultados del stress test que se darán a conocer este lunes 4 de mayo. El martes 5, el presidente de la FED, Ben Bernanke, comparecerá ante el comité económico conjunto del Congreso.
Adicional a ello, esta semana será sin duda alguna nutrida de importantes indicadores económicos, que vendrán acompañados de más reportes trimestrales.
Por otra parte, el martes se dará a conocer el índice ISM no manufacturero, que se estima aumente a 42 puntos en abril. El miércoles 6, se publicará el cambio en el empleo estimado por ADP, que se estima registre una caída de 643 mil puestos de trabajo en abril.
El jueves 7, se darán a conocer la productividad no agrícola, el costo laboral, las solicitudes iniciales de beneficios por desempleo y el crédito al consumidor. Por último pero no menos importante, el viernes 8 se dará a conocer el reporte mensual de empleo, donde se espera una caída de 620 mil empleos y un avance de la tasa de desempleo a 8.9% en abril.